El día 19 de Octubre de 1788, después de misa y procesión se cerró el templo, y una vecina, próxima a la Iglesia, sobre las 11 de la mañana había oído unos ruidos dentro del mismo con lo que avisó al sacristán y juntos fueron a investigar lo que sucedía; la sorpresa les sobresaltó al ver que en el Altar Mayor se había prendido fuego y que estaba empezando a subir por el retablo, rápidamente corrió a las campanas y tocó arrebato, pronto se presentaron los vecinos, pero ya poco se podía hacer, pues el fuego había pasado a través del retablo a la parte alta alcanzando la armadura, siendo pasto de las llamas todo el Altar Mayor, retablo y otros cinco altares más con casi todas sus imágenes, pues algunas pudieron ser rescatadas. Viéndose incapacitados para controlar el incendio desde el interior, rompieron una verja con su pared por el exterior de la sacristía recuperando así ropas, algunas imágenes, archivo, tesoro y joyas que en este lugar estaban depositadas saliendo rápidamente puesel fuego les acechaba.
Se quemó todo el Templo quedando en su interior solamente la armadura del coro, aunque las dos columnas dóricas que sujetaban su armazón cayeron al suelo quedando demolidas y fue imposible su restauración. En la torre no hizo grandes estragos más que quemar las escaleras y llegar las llamas a un campanillo quemándole la cabeza y al caerse se partió, y continuaron las llamas hasta el suelo del campanario sin hacer daño alguno, ya que las campanas quedaron intactas y toda la torre quedó sin ser afectada por las llamas, siendo hoy lo único que hoy existe de la antigua Iglesia.
El balance final fue que puertas, ventanas, bancos, confesionarios, Altar Mayor, cáliz, custodia, retablo, lámparas, órgano, cinco altares parte de sus imágenes, póstigo de la sacristía, del baptisterio y de la torre, y un campanillo, todo pasto de las llamas.
Fue el final de toda una época que marcaba el paso de los años de nuestro pueblo, de su antigüedad, seguramente marcada desde los años del medievo, y que ahora era necesario reconstruir un nuevo templo que sin duda marcaría una nueva época, dejando atrás y en el olvido toda una historia.